Aquí está el claro ejemplo de que el amor lo puedes encontrar donde menos te lo espras. Hicieron falta unas vacaciones por el sur para que Toño y Fany se cruzaran en el camino. Una ferrolana viviendo en Zaragoza y un mañico de toda la vida van a parar a las playas de Tarifa y empiezan a tejer su historia.

Dos cosas tenía muy claras: iban a ir guapísimos y Alejandro iba a ser igual de protagonista que ellos en la boda. No me confundí.

Comenzaba el día… Viernes 14 de junio de 2019. Las chicas del Tocador de Sara dejaron a Fany espectacular y en cuanto las chicas del Zorongo llegaron a casa empezó la jarana. 6 amigas ayudando a Fany a vestirse de blanco, Alejandro correteando, el compañero de Bodas de Cine y yo metidos en una habitación, os podéis imaginar el jaleo que había allí montado.

Un cambio de planes de última hora por culpa de la lluvia hizo que no pudiéramos disfrutar de los viñedos de Viñedos Rhey todo lo que nos hubiera gustado.

Las bodegas de la finca fueron las elegidas para celebrar la ceremonia y Eva comenzó el espectáculo con el micrófono.

Un ir y venir de emociones, aun no habían terminado de secarse las lágrimas que ya estaban riendo a carcajada limpia. A Alejandro le pasaba lo mismo, y como no estaba por la labor de perderse ni un segundo de la ceremonia, quiso estar con ellos en todo momento, incluso mientras comía gusanitos.

Lo amigos de Zaragoza y los amigos de Borja hicieron que el coctel y el banquete fuera un no parar de risas y sorpresas. Intentos de strip tease, maniquíes con dinero pegado y kilos y kilos de pipas como regalo de boda es la consecuencia que tiene tener unos amigos muy muy jugones.

Vino va, vino viene… Cubata va, cubata viene… Chupito va, chupito viene… Y alguno acabó por el suelo y algún otro “triparriba” en el sofá.

No me puedo olvidar del gran compañero que tuve ese día, Carlos Santanatalia, que va a acabar cogiéndole gustillo a esto de venir a Borja jeje.

No me alargo más!! Os dejo con su gran día!

Espero que os guste!!